Ayer por la tarde revolviendo en el Baúl de Adnaloy aparecieron dos trocitos de tira en lino, con el borde en rosa viejo, que me sobraron de unas toallas que bordé en punto de cruz hace unos años. Y ya véis, anoche mientras veía la tele se convirtieron como por arte de magia en dos fundas nuevas para las gafas. ¡Esperemos que sirvan para que no se me vuelvan a rayar los cristales!