Os voy a contar una historia. Y es la historia de una mesilla destrozada que me encontré en la calle cuando iba con mis hijas a llevarlas al cole. La acababan de bajar a la basura y yo no podía cargar con ella; lo primero porque no tengo coche e iba andando, y lo segundo es que mis hijas me habrían desheredado si me da por coger otro mueble de la calle.Os podéis imaginar como llegué al cole. ¡Triste y compungida porque me quedaba sin mesilla para la entrada de mi casa!¡Y es que cuando se me mete algo en la cabeza, no hay quien me pare!
¡Menos mal que tengo unas amigas maravillosas que fueron al rescate de mi supermesilla con su coche!jajaja¡La verdad es que no sé que hubiera hecho sin ellas en ese momento de desesperación!¡ Gracias a Rosana y a Chus por animarme con mi locura!
Y así es como quedó mi supernueva mesilla, es por decir algo, ya que ni nueva ni super porque qué mal aspecto tiene bajo de las 3 capas de pintura verde y plomo que llevaba,.¡Oye! Pero tras una capa de decapante y de varias manitas de lija así es como se ha quedado la pobre. ¡Esperando a que me llegue la inspiración!.
¡Con peor aspecto del que ya tenía! Resulta que la trasera hay que cambiarla totalmente, así como el contrachapado de madera de la balda interior y del fondo del armarito. ¡Me temo que va a ser la obra del Escorial, pero me encanta la idea de un nuevo reto.
¡Hasta la próxima!
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